Este cortometraje procedente de Egipto es una pequeña ventana al mundo musulmán y su estricto dogma religioso, social, político y cultural, que moldea la vida cotidiana de cada uno de sus miembros. En este caso en particular, el film viene a contar la historia de Mariam, una mujer casada que acude a un hospital público junto a su marido (por supuesto) y su pequeña hija, debido a un fuerte dolor abdominal en pleno Ramadan.
Tan solo en estos escasos primeros tres minutos se observan varios detalles en la escena planteada: un hospital público en ruinas, gente sufriendo en los pasillos del establecimiento sin ningún tipo de asistencia, la desesperación del marido cuando a Mariam le asignan un profesional masculino, la sed de la pequeña niña que no puede ser calmada hasta que se anuncie el fin del Ramadan, entre otros. Bajo estas circunstancias se presenta el conflicto: ¿Qué tiene Mariam?
El escenario propuesto está bien definido, y el nudo de la trama toma más fuerza cuando se desarrolla en torno al problema de salud femenino que padece Mariam. Según la médica que finalmente la atiende, el veredicto es que la joven esposa tiene un condón atascado en su vagina. Como era de esperarse, la noticia llega directo a su marido quien se monta en cólera y comienza a pegarle a su mujer al grito de traidora.
¿Qué mayor ofensa para un hombre musulmán casado que su mujer sea sospechosa de estar con otro hombre? Claro está que la presencia del condón para el marido solo puede significar que Mariam es infiel. Sin embargo, enmarcado en una cultura en la que la anticoncepción está mal vista, no puede razonar que tal vez Mariam buscaba (muy desinformada) no quedar embarazada de nuevo.
What we don´t know about pone en imágenes una realidad a través de planos cerrados, en alternancia con planos abiertos en los que no podemos escuchar los diálogos; una cámara en mano agitada y los gestos de los personajes. Todo organizado de manera orgánica en una progresión sostenida de la tensión narrativa que deviene en un desenlace que apela a la reflexión. ¿Cuántas Mariam más hay en el mundo?
La imagen es durísima de principio a fin y lo que duele es ver en pantalla el sufrimiento no solo físico sino también mental de una mujer atrapada en un sistema machista altamente jerarquizado. Duele ver la angustia en sus ojos y el sometimiento al que millones de mujeres son expuestas a raíz de creencias y leyes basadas en interpretaciones de varios siglos atrás. El personaje de Mariam, una vez más abre el interrogante acerca del poder de la religión y las diferencias entre los seres humanos más allá de compartir casi las mismas condiciones físicas. Todos necesitamos respirar para poder vivir, pero no todos recibimos el mismo aire.
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Por Paula Caffaro.
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